Dicen que los recuerdos hacen más viejo a la gente, pero también esos recuerdos van quedando en la tradición que día a día sostiene los pilares de gran nuestra Institución.
Hoy me permito hacer algunos recuerdos de aquel 14 de diciembre de 1962, cuando el libro del martirologio se habría en Ñuñoa, encabezaban esta lista Silvio Guerrero, Jorge Batiste y Luís Bernardín, ellos llevaron hasta lo más alto el lema de su Compañía “La Vida por la Humanidad”.
Fue una noche calida de Diciembre, cuando las sirenas de nuestros Cuarteles nos indicaban la ocurrencia de un incendio, quizás uno más de los tantos ocurridos durante el año, pero este nos tendería una trampa.
Al llegar al lugar los primeros Voluntarios observaban atónitos, que la tal industria de artículos para calzado, ardía en su totalidad y en su interior existía gran cantidad de tambores con líquidos altamente inflamables, producto de lo cual la alta temperatura hacia temer la propagación del fuego hacia las viviendas vecinas, labor que Bomberos supo controlar evitando esta propagación.
Al pasar los momentos y después de casi una hora el fuego se extinguía, motivo por el cual se da retirada a algunas Compañías de agua que se encontraban en el sector, maniobra que iniciaron de inmediato..., en los instantes que esto sucedía, Voluntarios de las Compañías de escala, ingresaban al interior de la Industria para proceder a remover los escombros, en esta acción se encontraban estos Voluntarios, cuando se produjo una gran inflamación de los vapores emanados de los productos inflamables. La industria ardía con mayor violencia que al inicio, el fuego avanzó raudamente hasta el exterior por un pasillo que unía la industria con la calle, junto con el agua que salía desde el interior también había liquido inflamable que ardía, llegando este fuego hasta la avenida Macul, el fuego a su paso daño uno de los carros de la Institución que se encontraba en las puertas de la industria.
Bastaron segundos para reiniciar nuevamente el combate del fuego, todas las Compañías armaron rápidamente y ocuparon sus antiguas posiciones.
En el momento de entrar en violenta combustión los vapores de inflamables, habían muchos Voluntarios, junto a una gran ruma de tambores, todos los cercanos a ellos sufrían graves quemaduras, quemaduras que causaron casi instantáneamente la muerte de Silvio Guerrero y Jorge Batiste, dejando gravemente heridos a Luis Bernardín y Sergio Riquelme.
Luís Bernardín nos dejaba y escribía su nombre como el Tercer Mártir de la Institución el día 1 de Abril de 1963, tras una larga agonía en el Hospital Militar.
Sergio Riquelme, tras grandes tratamientos hoy aún se encuentra entre nosotros.
En este incendio quedaron gravemente heridos más de 30 Voluntarios principalmente de la Segunda y Sexta Compañía, esos Voluntarios son muchos y vaya para todos ellos mis respetos de quien los vio sufrir, día a día en su lenta recuperación, muchos son los nombres y perdón por no nombrarlos pero puedo cometer el error de olvidarme de alguno y esa no es mi intención.
Quien escribe estas líneas no olvidara jamás ese día y ese largo camino hacia el Camposanto, donde solo la sombra de los cipreses cuidan y veneran a nuestros Mártires.
Aún recuerdo el llanto de Bomberos y amigos junto a los féretros.
Ellos son ejemplo y cumplieron cabalmente con el deber voluntariamente impuesto, ese deber que los llevo a rendir su vida, por la noble causa de servir, sello inconfundible que lleva muy en su interior cada Bombero Voluntario de nuestra Patria y de nuestro Cuerpo...el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.
Un modesto homenaje de un Bombero que estuvo ahí…
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Fuente: cbn.cl