La tercera pieza histórica del CBÑ, esta vez un Portaescalas, el macizo y poderoso Ford Serie C "L-6" del '72, Máquina única en el mundo fabricada bajo la original configuración chilena de carros Portaescalas, por la extinta compañía americana Ward-Lafrance (responsable de gran parte de los vehículos mecanizados del Ejército Americano durante la Segunda Guerra Mundial), fue oficialmente nombrado como pieza histórica con fecha 12 de Junio del año en curso por el Directorio de la Institución, una vez restaurado entusiastamente y en un tiempo record por los Voluntarios de la Sexta Compañía.
A fines de los años '60s y ante las constantes fallas y la cada vez más difícil mantención del antiguo carro Studebaker de 1939 "El Tobalaba", antigua unidad de la Segunda Compañía facilitada por el mando del CBÑ en 1959 a la Sexta tras su fundación, la necesidad de contar con una pieza moderna acorde a las exigencias del servicio por ese entonces, hicieron necesario el diseño de este carro cuya construcción suponía un tremendo y casi inalcanzable gasto para la Sexta, generando un ambicioso proyecto de recaudación de fondos que demandó casi dos años ininterrumpidos de campaña a sus Voluntarios, logrando con creces materializar la fabricación de este, el primer carro propio de la Sexta Compañía.
La era de los poderosos y modernos carros Ford Ward-Lafrance, que distinguió al CBÑ a la vanguardia tecnológica y estratégica en el servicio, como el más modernista a nivel nacional a comienzos de los '70s, con la previa adquisición de las bombas de la 1ª, 3ª, 4ª y 5ª Cias., significó sin duda una de las más valerosas, heroicas y románticas etapas en la historia del Cuerpo, ante un creciente número de incendios de gran envergadura y complejidad que este debió enfrentar durante esos convulsionados años, recordados como "los años de las Guardias" en que debido a la medida de "toque de queda" aplicada durante la noche, eran las Guardias Nocturnas de tan solo 4 o 5 hombres, las que debían hacer frente por su cuenta y sin mayor apoyo a complejos escenarios de ataque al fuego, formándose en sus filas grandes y sacrificados Bomberos, Oficiales e incluso muchos de los futuros primeros Instructores Técnicos Ñuñoínos formadores de la actual Academia Nacional de Bomberos, dotados de un conocimiento y experiencia práctica sobresaliente, frutos de esta vanguardista escuela .
Fue el viejo L-6, el "Ford de Escalas" el protagonista de la mayor tragedia de la Sexta Compañía en su historia, cuando en 1976 en la esquina de las calles Valladolid y Teruel en la comuna de La Reina, el carro colisionó violentamente con un bus de transporte del Ejército, provocando la muerte de su Cuartelero Galvarino Guzmán e hiriendo a su Maquinista Juan Vigas, quien sobrevivió a este accidente, producido en el trayecto del carro sin sirenas rumbo a una reparación de rutina, quedando su cabina casi completamente destrozada y cuyo regreso al servicio tomó meses, siendo completamente recuperado en los talleres de Famae, prestando sus valiosos servicios hasta 1984, tras ser remplazado por el recordado Portaescalas Renault, heredero de su configuración y diseño.
Esta curiosa iniciativa en la recuperación de la historia de la Sexta con esta máquina primordial, nacida de sus actuales Maquinistas Señores Edmundo Cerda y Gonzalo Diéguez ante un viejo anhelo de los más antiguos, comenzó tempranamente con el viaje decidido del primero hasta la lejana ciudad de Coyhaique, donde se tenía información de su paradero, logrando dar con esta antigua máquina abandonada en un predio de esa localidad, siendo aún propiedad del Cuerpo de Bomberos de Coyhaique. Tras recabar antecedentes y contactos de ese Cuerpo finalmente y tras casi un año de gestiones con el apoyo de nuestro Superintendente, quien se contactó personalmente con su símil de la austral ciudad, en febrero de este año el Cuerpo de Bomberos de Coyhaique acepta desinteresada y muy generosamente, donar el viejo "L-6" de regreso a Santiago, trámite concretado con el viaje al sur del Capitán de la Sexta Compañía Sr. Rodrigo Sáenz-Diez junto al Maquinista Cerda, con la misión de embarcar y transportar al viejo Portaescalas de regreso a La Reina, en un viaje de más de 1.500 kms.
Finalmente el día 12 de febrero de 2013 este antiguo estandarte de la Sexta, retornó a su Cuartel original tras haber servido a los Cuerpos de Bomberos de Temuco y Coyhaique resistiendo por años los embates del tiempo y las duras inclemencias del sur de Chile, siendo minuciosamente restaurado en gran medida por los propios Voluntarios de la Bomba La Reina en tan solo tres meses de ardua labor, en que decididos se juramentaron legar a las futuras generaciones, el duro e infatigable metal de su historia de sacrificio a toda prueba, digna actitud de estos hombres de Escalas del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.
El Honorable Directorio de la Institución toma este acuerdo en conformidad al sentimiento de toda una generación de protagonistas de la vanguardia del Cuerpo, voluntarios de la Sexta y del resto de las Compañías que en más de una oportunidad tripularon, vivieron su comienzo bomberil y crearon fuertes lazos de mancomunión y fraternidad, en más de alguna historia o anécdota que hoy vuelven a rememorar junto a la vieja y resistente máquina.
( Fuente y Fotos Corresponsal Sexta CIA CBÑ )