Entre cuadros, poemas y esculturas; Saludo al natalicio de nuestro Fundador Alberto Ried Silva

Estimados Oficiales, Voluntarios y Brigadieres:

A 22 días del mes de febrero de 1884, nace un hombre que sin pensarlo sería el pilar de los Bomberos Ñuñoinos DON ALBERTO RIED SILVA (Q.E.P.D.).

A ciento treinta años desde esa fecha, es meritorio que hagamos un alto en el camino para recordarlo, tanto como hombre, padre, artísta y por sobre todo, Bombero Voluntario. Desde pequeño vivió ligado a la familia bomberil; entre las estrechas calles cerca de su puerto, Valparaíso y posteriormente en la Quinta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago, a la cual pertenecia su padre; En ella sirvió por 60 años junto a su hermano.

Don Alberto era un artista múltiple, escritor, pintor, escultor, periodista, su espíritu de servidor público lo llevo a ocupar cargos como el de Cónsul de Chile en Burdeos-Francia durante el Gobierno de Arturo Alessandri Palma ( El León de Tarapacá);

Estudiante de la Universidad de Chile en la rama de Química Industrial, corresponsal del Diario La Nación en Estados Unidos y nuestro Primer Comandante, son el vivo reflejo de su alma inquieta, característica inequívoca de los grandes líderes.

Como Chileno intelectual integró el famoso "Grupo de los Diez", este grupo que se reunía en largas pláticas en la Casa de la Torre, aún en pie en las calles Santa Rosa y Tarapacá en el corazón de Santiago, donde ahí se puede admirar el famoso portal tallado en piedra por su espíritu de escultor. En sus obras pictóricas se reconoció la influencia del maestro Juan Francisco González.

La literatura es testigo de su Libro más importante dentro de cinco que escribió, aún es una base de estudio para las nuevas generaciones de bomberos voluntarios; éste, hace que "El Llamado del Fuego", sea la flama que ilumine el camino del servicio y de entrega hacia la Comunidad.

Ese legado del pasado es el que personificamos en nuestro presente y el que nos proyecta al futuro consolidando en cada uno de nosotros, miembros de esta gran institución Bomberil, aquellos valores que caracterizan nuestra misión de servir, entre los cuales destacamos el coraje, la abnegación, la honradez y la lealtad en los principios que la sustentan, los que en su conjunto nos enseñan a pensar y actuar más allá de nuestras individualidades y egoísmos en beneficio de nuestros semejantes.

Al rememorar la gran obra de nuestro fundador, lo hacemos con profundo respeto y admiración, estando ciertos que desde el lugar de privilegio en que se encuentra, observara con profundo agrado su proeza y a quienes hoy dignamente la representan, consagrando permanentemente la evocación con su accionar por la ilustre misión legada.

Don Alberto, su recuerdo es y será inextinguible en el tiempo, y su figura eternamente homenajeada por todas las generaciones de Bomberos Voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa, en gratitud de su hazaña, consagración a la que en el aniversario de este nuevo natalicio, estamos dando cumplimiento en el día de hoy.

Ñuñoinos, recordemos hoy a nuestro Padre Fundador y seamos dignos de nuestra historia.