Alberto Ried Silva
TRANSCRIPCION DE PRÓLOGO DE BENEDICTO CHUAQUI KETLUN
Para algunas personas la amistad con nosotros los bomberos se reduce a una relación platónica , relativamente distante. Nunca han debido afrontar los riesgos del fuego y solo nos han visto enhollinados en la plenitud dramática de la faena.
Los santiaguinos de edad madura recuerdan cuando se incendió el colegio de los Padres Franceses , inmolando algunos reales santos bomberiles . Después , muy poco tiempo después , han debido contemplar el incendio del teatro Alhambra ; una construcción muy frágil y vieja, como casi todas las de entonces que ardió sin ninguna mezquindad . Pueden haber visto caer tambien , como una inmensa y doblegada pira , la torre de la parroquia de San Lazaro, ubicada en la calle del ejercito . Una senora muy devota sostenia que un caballero que habitaba frente a la iglesia de San Lazaro habia afirmado que solo creeria en Dios si caia sobre su casa la torre de la parroquia Cuando le llego a ese caballero tan fatídico obsequio , se encontraba muy enfermo , en la ocasi&óacute;n mas propicia para morir como un creyente ; pero fue , sin duda una conversi&nocute; personal de excesivo costo.
Otros , al regresar en la noche del trabajo , hace unos 33 años a esta fecha , se encontraron con un tumulto en la Alameda Bernardo O 'Higgins , un poco mas allá de la calle Garcia Reyes . Era un incendio que parecía dominado , a pesar de que los bomberos estaban en plena actividad. Esos hombres y mujeres que volvían del trabajo , pueden haber descubierto algo como una reticencia , un silencio de muerte , entre aquellos j&ocute;venes que formaban y volvían a formar filas a las órdenes de un capitan . Una muralla habia aplastado al voluntario Antonio Cecchi, heroe y martir del Cuerpo, igual que Tenderini, Bahamonde y tantos otros.
Alla en homs, mi patria Siria, no habia jamas incendios las casas eran de adobes, de piedras negras y tejas . No recuerdo haber visto ninguna de madera. Pero una vez hubo, por expecion, un incendio que estallo en el barrio Hamidie , en el horno de Yared . Fue sofocado por los vecinos que abandonaron sus quehaceres para dedicarse a acarrear agua desde los pozos de las casas cercanas . Tambien los aguadores ayudaron en la tarea transportando agua del rio. Pero como todo esto era muy lento, la hoguera duro un dia entero. Fue un espectáculo inusitado que congregó a grandes y chicos , por lo insólito y novedoso. Aquel siniestro fue considerado como un castigo divino. . .
En una noche de julio de 1917 presté el juramento en una reunión de la 12ª Compañía de Bomberos . ¡ Que inmensa emoción sentia desbordarse en mi pecho, cuando pronuncié con religioso fervor, las palabras rituales de ese compromiso! Honda felicidad de saberme un hombre sobre quien ya pesaba una grave responsabilidad .
Entre mis numerosos amigos del Cuerpo de Bomberos , conocí al pintor , escritor, y periodista Alberto Ried , quien pertenecía a la 5ª Compañía y habitaba en mi vecindad , en la Avenida Irarrázaval con Chile – Espana , del barrio de Ñuñoa . Alberto era un hombre bonachón y generoso , de facciones toscas y de hablar pausado , levemente enfático . Próximo a ser designado miembro honorario de su Compañía me pasaba a buscar a mi casa, a las 5 de la madrugada, en un autito de su propiedad , para irnos a la Quinta Normal de Agricultura donde se efectuaban los ejercicios preparatorios de la competencia del Cuerpo .
La vida de Alberto Ried es un ejemplo de generosidad, de un idealismo acendrado , limítrofe con el absurdo quijotismo que hace sonreir a la gente practica. . Vale la pena decir algo de ella ; se trata de la existencia de un artista – bombero , dos antecedentes preclaros de altruísmo .
Alberto Ried logro que el escultor Samuel Roman y sus canteros grabaran la carta de Don Pedro de Valdivia y obtuvo su colocacion en los faldeos del actual Cerro Santa Lucia . Ried gestiono la construccion del Mausoleo de los Artistas en el Cementerio General y gracias a sus campañas la estatua “Al Dolor” de Carrere Belleuse , fue trasladado del interior de la necrópolis a la plazuela externa , dandole un basamento de doce metros cubicos , formado por los cadáveres del incendio del templo de la Compañía
En 1917 , don Nemorino Cotapos , padre del extraordinario compositor musical Acario Cotapos , envío a Ried a los Estados Unidos a estudiar la fabricación de vidrios planos . Algo que es increíble , pero cierto . Alberto permanecio en los Estados Unidos , 2 anos ; fue corresponsal de guerra y se inscribio en el Ejercito , pero no fue llamado a las filas . El Almirante Gomez Carreno lo trajo a Chile en la flotilla de submarinos que nuestro pais adquirio en la nacion del Norte . Estuvo en Chile hasta que el presidente Arturo Alessandri lo nombro Cónsul de Chile en Burdeos , Francia , cargo que mantuvo hasta que su benefactor fue derrocado por un golpe militar.
De regreso a Chile , nuestro amigo realizo con Julio Ortiz de Zarate , los capiteles de la Casa de los Diez , ubicada en la calle Santa Rosa esquina de Tarapaca de nuestra urbe.Pero como el atractivo del Viejo Mundo lo habia ensimismado , retorno a Europa , por sus propios medios y vivio en Paris de la venta de mapas en relieve de Chile de la punta sur del Continente , durante 2 anos . Los mapas los dibujaban con Isaías Cabezón, Laureano Guevara, Luis Vargas Rosas y otros artistas
De estos y otros asuntos me hablaba el buen amigo Alberto Ried , al regreso de los ejercicios en la Quinta Normal , en alguna taberna para el evocadora de paises distantes , escenarios de su bohemia amable , imposible de revivir en estos tiempos apresurados y duros.
Yo he rememorado con cariño emocionado su imagen y la he ligado a los Bomberos de Chile , tal vez pensando que es util conocer la materia humana que un día viste una casaca de cuero y corre presurosa , avida por servir a los semejantes , a la llamada del fuego
Prologo del libro
El llamado del fuego
De Alberto Ried Silva
fuente : arabe.cl
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Fuente: cbn.cl