Sentir de tristeza, por nuestro insigne valor y Director Honorario es la unión que cada voluntario y oficial, vive en el servicio y en la partida.
Saber que la despedida a don Heberto debía ser o mejor dicho, debe ser, como el merecimiento de la entrega que el nos manifestó a todos en vida, o de los innumerables detalles cotidianos.
Cada uno miembro de esta institución, tiene a su haber un concepto, una vivencia, sentimientos, un saludo cercano, o largas horas de charlas, o como no...variedad de historia institucional, valiosas señales. Para él y para nosotros son los notables signos de la comunión del ideal, aquel que se manifesta en los agradecimientos y en qué los notables sentimientos, son recíprocos.
Con pesar conocimos la noticia, la misma que en tantas oportunidades nos hacia respirar de forma profunda, para enfrentar estos momentos...alejados o cercanos instantes.
Hoy si sabemos que hay un legado, hay homenajes que serán historia para el mañana y que cada circunstancia de hoy, marcará el paso al son de la banda instrumental del ejército.
Se vendrán recuerdos o como don Heberto decia, saber enaltecer las tradiciones, mantenerlas con esfuerzo, alimentarlas día a día, porque cada momento de este paso es naturalmente díficil y que esta así expuesto el camino para todos... o solo para quienes en los valores, manifiestan la generosidad, la entrega y el coraje, tantos bomberos... como nosotros mismos, los que hoy y en gran número no dejaremos de participar de tan noble despedida.
DANIEL VERGARA RIPOLL
COMANDANTE
CUERPO DE BOMBEROS DE ÑUÑOA
Fuente: cbn.cl