El día Jueves 02 de Febrero del 2012, se publicó en Ediciones Especiales del Diario El Mercurio, el siguiente reportaje, en el cual fue entrevistado el Capitán de la Novena Compañía e Instructor de la ANB Manuel Álvarez Osores y que a continuación se presenta.
"Las herramientas, la preparación y el trabajo en equipo resultan fundamentales a la hora de enfrentar un rescate vehicular.
El proceso de formación de un rescatista en Bomberos, está principalmente establecido por un tema de motivación personal y de exigencia de la Compañía. En general, primero deben tener un tiempo de antigüedad en la compañía (a lo menos tres años) y tener otros cursos previos establecidos en la malla general de la formación de un bombero, tales como procedimientos bomberiles, fuego y agua, entre otros. Luego tienen la opción de optar a la especialización de rescate. Para ello aprueban un curso que los reconoce como Operadores de Rescate Vehicular.
Todo lo anterior está avalado por una exhaustiva capacitación de todos los bomberos, bajo un estricto curso denominado "Operador de Rescate Vehicular", en donde se enseñan y se aprenden las técnicas para poder mantener con vida a una persona. Este curso tiene una acreditación entregada por la Academia Nacional de Bomberos de Chile, que avala las maniobras realizadas y que todo bombero que trabaja en un rescate debe conocer. Si no es así, no le es permitido actuar en el incidente.
Este curso es dictado por la Academia Nacional de Bomberos, organismo que da las orientaciones teóricas y pedagógicas de contenidos, y que son entregados por los instructores reconocidos para este efecto. La formación de un rescatista toma cerca de dos meses -dentro de una estructura teórico-, práctica y evaluaciones. El curso se divide en Soporte Vital Básico y Extricación, lo primero es lo medular del curso ya que enseña y prepara a los bomberos para poder salvar la vida a una persona dentro de los primeros minutos u horas, con variados procedimientos, como el ABC, despejar vía aérea, revisar respiración, controlar hemorragias y detectar pulso, y realizar maniobras de RCP, entre otros procedimientos.
Lo segundo es la Extricación donde se utilizan herramientas manuales, eléctricas e hidráulicas para la liberación de las estructuras del vehículo u otro elemento. Según explica Manuel Álvarez Osores, Capitán de la Novena Compañía e instructor de rescate vehicular de la Academia Nacional de Bomberos, el proceso es exhaustivo e implica mucho compromiso por parte de los participantes pues, a veces, no les permite realizar sus actividades personales normalmente, en el sentido que se deben sacrificar varios fines de semana para estudiar y prepararse, ya que la exigencia es alta y se pone a prueba el concepto de trabajo en equipo y las habilidades personales para poder auxiliar a una víctima.
Los rescatistas parten su formación en sus propias compañías, primero observando a sus pares, para luego pasar a una capacitación formal en la Academia Nacional de Bomberos de Chile. Luego se pasa al campus de formación de bomberos de la ANB. Todo este proceso se realiza bajo la supervisión y coordinación de los instructores de rescate vehicular, quienes coordinan las 12 lecciones que componen el curso para luego pasar a un proceso de evaluación individual y después en equipos.
En el Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa se cuenta con 11 compañías, de las cuales no todas son de rescate pero sí más del 75% de su personal está capacitado como Operador de Rescate."
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