
Hoy como Comandante de la Institución, me permito saludar con un abrazo fraterno a las Bomberas y Bomberos de Ñuñoa y todos los que a lo largo de nuestro país visten un casco y una cotona, sé de sus entregas, sus esfuerzos, para saber más y servir mejor, que no han dudado en quitar tiempo a su descanso, a sus familias y a sus seres queridos, día a día entregan sus mejores esfuerzos por otros. Por el vecino, por el que no nos conoce, pero de quien sólo nos basta su voz llamándonos o su mano extendida para ser auxiliado.